LA CASA DE WINDSOR NO QUIERE QUE LE EMPAÑEN LA FIESTA

Limpiando la alfombra William & Kate, desinvitaron a Siria

"La alfombra roja de la boda corre el riesgo de convertirse en sangrienta", según explicó en Londres el diputado laborista Denis MacShane. "Me parece grotesco que un representante de Siria, un Estado que está matando a sus ciudadanos con tanques, pueda sentarse en la Abadía de Westmister", concluyó el ex ministro para Europa. Entonces, desinvitaron al embajador.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El ministro británico de Relaciones Exteriores anunció que, en acuerdo con la Casa Real, retiró la invitación al embajador de Siria a la boda del príncipe William y de Kate Middleton porque su presencia "sería inaceptable" debido a la represión en ese país.

Horas antes, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico (Foreign Office) y el protocolo de Saint Jame's Palace habían confirmado la invitación y asistencia del embajador de Siria ante el Reino Unido, Sami Khiyami, a la ceremonia que se celebra el viernes 29/04 en la Abadía de Westminster. 

Pero las protestas amenazan con un escándalo que echaría por la borda el esfuerzo de la Casa de Windsor por utilizar el acontecimiento para mejorar su imagen pública.
 
¿Y quien había invitado a Siria? Según explicó un portavoz de Palacio, el motivo que llevó a incluirlo en la lista de 1.900 asistentes respondió a la tradición de contar con representantes de países con los que Reino Unido mantiene relaciones diplomáticas.
 
Sin embargo, el asesoramiento en la materia corresponde a la Foreign Office, de modo que Saint Jame's Park subrayó que no es su competencia determinar a quién se invita. 

Para colmo el diario británico 'The Guardian' publicó que la escocesa Universidad de St. Andrews, donde estudiaron el príncipe Guillermo y su futura esposa Kate, recibió de Siria más de 100.000 libras (€ 115.000) para su Centro de Estudios Sirios, gracias a los buenos oficios del embajador sirio en Reino Unido, Sami Khiyami.

El asunto comenzaba a escalar y se decidió cortar por lo sano: desinvitarlo a la boda.

 

De todos modos, la presencia del embajador sirio no es la única que ha provocado controversia debido a la situación de sus países, ya que también se ha cuestionado la del Rey de Suazilandia y la del Príncipe de Bahréin.
 
Sin embargo, el príncipe Salman bin Hamad Al Khalifa ya escribió al príncipe Carlos informándole que no asistirá, al surgir interrogantes sobre la conveniencia de invitar a un miembro de la monarquía suní de Bahrein, embarcada en la represión de la mayoría chií que reclama más libertades.
 
En cambio sí asistirá el polígamo rey Mswati III de Suazilandia.
 
En total, son medio centenar los jefes de Estado invitados a la ceremonia, que se corresponden a monarcas extranjeros y dirigentes de los países de la Commonwealth, mientras que, por parte del Gobierno británico, el Parlamento y los cuerpos diplomáticos, la cifra se eleva a 200. 
 
"La alfombra roja de la boda corre el riesgo de convertirse en sangrienta", explicó el diputado laborista Denis MacShane, ex ministro para Europa.
 
La declaración de MacSchane oficializa el malestar que empieza a surgir dentro y fuera de Reino Unido por la existencia de los ya llamados 'invitados tiranos' en la boda de mañana viernes 29/04 del príncipe Guillermo y Kate Middleton.
 
De 10:00 a 12:00, ante la Abadía de Westminster, desfilarán por la alfombra roja un total de 1.900 invitados. Pero los ojos de los 2.000 millones de personas que seguirán por televisión el enlace no se posarán sólo sobre los fastuosos trajes y vestidos, sino también en quién los lleva.
 
Otras controversias se relacionan con la asistencia del embajador de Zimbabue, representando al dictador Robert Mugabe; y del el príncipe saudí Mohamed Bin Nawaf bin Abdulaziz, cuyo país invadió Bahrein para reprimir las revueltas de la Primavera Árabe...
 
Algo que no es menor: mientras todos esos invitados disfrutarán en directo del histórico enlace, los ex 1er. ministros laboristas Tony Blair y Gordon Brown no tienen un asiento reservado en la Abadía, lo que ha provocado la indignación en el Partido Laborista.

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