El lenguaje de Lula da Silva es responsable de los 24 puntos que saca Rousseff sobre Serra en Brasil

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva acusó a sus adversarios políticos de bajar el nivel de la campaña electoral y de calumniar a la candidata oficialista Dilma Rousseff. Los 24 puntos de diferencia entre Rousseff y Serra tienen mucho que ver con el lenguaje emotivo al que apela Lula da Silva en sus discursos.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - El presidente Luiz Inácio Lula da Silva acusó a sus adversarios políticos de bajar el nivel de la campaña electoral y de calumniar a la candidata oficialista Dilma Rousseff.
Lula, la figura política más popular de Brasil, usó el espacio electoral del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) para defender a Rousseff de los ataques de la oposición, que ha intentado vincularla con la filtración de información fiscal de miembros del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
"Infelizmente, nuestro adversario, candidato del grupo que rechaza todo lo que el pueblo brasileño conquistó en los últimos años, resolvió partir para ataques personales y de bajo nivel. Lo lamento mucho, pero estoy seguro de que los brasileños sabrán repeler ese tipo de campaña", declaró Lula en el mensaje transmitido la noche del martes.
El mandatario aludió al escándalo de filtración de información sigilosa del organismo tributario de personas allegadas al candidato del PSDB, José Serra, incluyendo su hija.
Serra y personeros de su partido han acusado a Rousseff de tener responsabilidad en el episodio. Investigaciones preliminares vincularon a militantes del PT como responsables de la violación del sigilo fiscal.
"El pueblo brasileño es maduro y sabrá perfectamente separar polvo de paja", manifestó Lula. "Tratar de atacar con mentiras y calumnias a una mujer de la calidad de Dilma Rousseff es practicar un crimen contra Brasil y en especial contra la mujer brasileña".
Serra no se quedó atrás y utilizó sus últimas intervenciones públicas para atacar la política económica del gobierno de Lula.
En una entrevista con el diario Estado de Sao Paulo, transmitida en vivo el lunes por internet, Serra aseguró que Brasil está en proceso de desindustrialización debido a la sobrevalorización de la moneda, el real, y aseguró que Rousseff no tendrá capacidad de revertir ese cuadro, pese a ser economista de profesión, como Serra.
Aún así, las encuestas de intención de voto mantienen a la aspirante del gobierno con una clara ventaja sobre el opositor, con posibilidades de ganar la elección en la primera vuelta, el 3 de octubre.
Una consulta de la empresa Vox Populi, que se actualiza a diario, asignó el martes a Rousseff 56% de respaldo frente a 21% de Serra y 8% de la candidata del Partido Verde, Marina Silva.
La encuesta realiza 500 consultas por día y se basa en la suma de las personas sondeadas los últimos 4 días, para un total de 2.000 entrevistados. Los datos corresponden a los consultados del 4 al 7 de setiembre y tiene un margen de error de 2,2% hacia arriba o abajo.
El lenguaje de Lula
El lenguaje de las campañas electorales es un fenómeno que en los últimos años sorprendió en países de la región con apelaciones mucho más emotivas que programáticas, con mensajes que resaltan una dinámica televisiva, y un marketing político, que en estas elecciones de Brasil giró en torno a la presencia excluyente del presidente Luiz Lula da Silva.
El cientista político Francisco Ferraz evaluó que no es posible comparar los candidatos. No está muy clara la dirección de la intención de voto porque la mayor influencia está dada por alguien que no está participando de la elección como candidato, pero sí lo hace como actor político, como no ha sucedido jamás en este país.
En Brasil no hay como en otras democracias, la estructura partidaria ni la ideología como predictor de voto, y no tenemos predictor de voto de naturaleza socio económica, por lo que no hay factores muy sólidos para encausar la decisión individual, espacio que fue ocupado y definido por la presencia de Lula da Silva en favor de su candidata del Partido de los Trabajadores, Dilma Rousseff.
En un ejercicio de comparación de sistemas y procesos, Ferraz insistió como central que en Brasil no hay estructuras sólidas donde amarrar la intención de voto, ni partidaria, ni ideológica ni social, muy diferente a lo que ocurre en la Argentina donde hay una tradición justicialista muy fuerte y un partido largamente centenario como el radicalismo que dan un marco a favor o en contra, pero dan una orientación.
Aquí no tenemos eso. Por eso es una campaña que lleva a una decisión muy superficial, basada en sentimientos que son explotados por la publicidad muy moderna que lleva el sistema político a reemplazar las formas muy tradicionales, explicó al repasar los acontecimientos de esta campaña, polarizada entre Rousseff con el candidato del opositor PSDB, José Serra.
Para Ferraz, profesor de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, la presencia del presidente y su popularidad hacen que tengamos una elección completamente diferente de las demás y que permite explicar cómo la candidata oficialista en pocas semanas pudo volcar las encuestas de intención de voto a su favor hasta posicionarse como cómoda favorita para vencer en primera vuelta.
El autor del Manual de la campaña electoral analizó que el camino hacia la elección del próximo presidente brasileño se destaca más por las formas que por los contenidos, lo que refleja una modernización de la campaña que avanza mucho más rápido que la preparación del electorado.
La base de electores brasileños, es una base social muy limitada por educación, intereses políticos, acompañamiento de las discusiones institucionales, entendió Ferraz, quien considera que el escándalo del espionaje denunciado por el PSDB para millones de brasileños es un problema que no les llega y si llega no es percibido como importantes.
En su libro, el cientista gaucho plantea que la campaña abandonó los conceptos del siglo pasado y definió un lenguaje para la política y los políticos en campaña electoral, completamente diferente al tradicional con un formato televisivo que es el que consigue mantener la atención y lograr que la información llegue al votante.
La campaña electoral se está tornando cada vez más moderna bajo la influencia de un lenguaje visual, conciso, muy simple, muy claro y muy conclusivo, explicó Ferraz, quien creó la consultora Política para Políticos.
La contraparte de su observación es que la ciudadanía no acompaña con un igual crecimiento intelectual y crítico, lo que genera una situación electoral que se apoya una tecnología muy poderosa dedicada a una población no preparada.
Pero el análisis también se experimenta con sus variaciones en los sectores sociales que tienen un promedio de educación muy alto, pero que se comportan como si fueran una masa sin educación.
En pocas palabras las campañas hoy se destacan por su poco contenido programático, y la explotación fuerte de los recursos tecnológicos y audiovisuales, lo que reafirma la importancia que adquirieron en estas elecciones las propagandas que las alianzas dispusieron en las franjas gratuitas en horario central de los medios masivos.
Como ejemplo en la región del fenómeno de modernización de campañas, Ferraz citó el armado proselitista de la actual presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que logró un ejemplo fantástico de piezas de televisión hechas para la campaña que son antológicas. Todo de una manera muy emotiva pero de muy buen gusto y efectiva para el mensaje que se quería transmitir.

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