Dante Sica será el nuevo Secretario de Industria

Designado por el ministro de la Producción, Aníbal Fernández, el economista Sica viene del Centro de Estudios Bonaerenses del que fue Director Ejecutivo hasta hoy.

A seguir, una nota de opinión de Sica sobre los bonos provinciales:

La cuestión de los bonos provinciales

Por Dante Sica (*)

El stock de bonos provinciales, al 31 de julio, alcanzaba los $ 8.414 millones. De no conseguir las provincias financiamiento adicional por parte de la Nación, ante la falta de acuerdo con el FMI, el stock de bonos provinciales puede llegar a $11 mil millones, ya que peligraría el cumplimiento de los acuerdos bilaterales firmados entre la Nación y cada provincia en particular, donde se establecen préstamos para reemplazar el flujo de bonos.

De hecho, los gobiernos provinciales tienen presupuestado un flujo de bonos de $1.788, que sumados al stock actual de 8.414 millones da un total de $10.202 millones en cuasimonedas. Por otra parte, el gobierno de Córdoba publicó ayer (28 de agosto) el decreto que autoriza el incremento de $400 millones en la emisión de Lecor, elevándose el monto oficial de este bono a $ 800 millones. Con esta ampliación en la emisión del bono cordobés, el stock de bonos aprobado por los gobiernos provinciales llegaría a $10.602 millones.

Los casi 8.500 millones de circulante constituidos por bonos provinciales, utilizados como medio de pago, son el resultado del desfinanciamiento del sector público nacional y provincial y la culminación de un proceso de desajuste y desequilibrios fiscales persistentes.

Los bonos ya están, circulan, existen y compran cosas. Para deshacerse de ellos el país se encuentra frente a la necesidad de resolver un problema de stock y otro de flujo. De stock, porque debe estructurarse un rescate y/o reemplazo de la masa de cuasimoneda circulante; y de flujo, porque debe evitarse la nueva emisión de bonos en el futuro.

Con relación al problema del flujo, si la Nación no acuerda con el FMI y las provincias no reciben financiamiento adicional será muy difícil que estas puedan detener la emisión de bonos porque no tienen otra manera de cubrir el déficit. Si se prohibiese, los estados provinciales colapsarían aún habiendo reducido el déficit, en particular aquellos con mayores demandas sociales.

Con respecto al stock de bonos, no es un problema que se pueda solucionar en el corto plazo. Su salida de circulación dependerá de la disciplina fiscal de los estados provinciales, de la obtención de financiamiento alternativo a las cuasimonedas y de la recuperación productiva.

Un punto clave es la capacidad de reserva de valor de los distintos bonos y la evolución de las paridades. La erosión de los salarios e ingresos de empresas proveedoras o comercios locales será mayor cuando menor respaldo y atributos tenga el bono emitido. En este sentido, salvo el Lecop y el Patacón, que mantienen la paridad con el peso porque son aceptados para pagar impuestos nacionales, el resto de los bonos han sufrido un proceso de desvalorización.

Las empresas más chicas, con menos obligaciones fiscales, y la economía informal tiene poco margen para la descarga del título sin quita de valor. Es decir, que la generalización y perdurabilidad de este esquema de financiamiento tenderá a profundizar la desigualdad regional y a empeorar la distribución del ingreso.

(*) Director Ejecutivo CEB

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