SOCIEDAD

LOS 2 CASOS

Morir por capricho: Del pene más largo a la boca del león

2 propósitos tanto cuestionables como innecesarios llevaron a dos hombres a perder su vida. No son los únicos que apelan a estos caprichos o pasiones, por gusto o por complejo, pero se transformaron en dos casos testigo de los riesgos que implican tanto las intervenciones quirúrgicas por estética como la crianza en el hogar de animales salvajes.


Los dos casos a lo que se hace mención y que se cobraron la vida de dos hombres ocurrieron en el exterior. El primero fue el de un multimillonario comerciante de diamantes que murió este sábado durante una cirugía de alargamiento de pene en París, según informaron medios de Bélgica, donde operaba la firma en la que trabajaba, Omega Diamonds.

Su nombre era Ehud Arye Laniado, israelí de 65 años, quien sufrió un ataque al corazón la noche del sábado 2 de marzo, en medio de la intervención en un clínica ubicada en la avenida Champs-Élysées de la capital francesa.

La empresa confirmó el fallecimiento, sin ofrecer precisiones sobre las circunstancias. "Adiós a un empresario visionario", lamentaron en un escueto comunicado. "Después de vivir una vida excepcional, Ehud será llevado de regreso a Israel como su lugar de descanso final. Todos nosotros lo echaremos de menos", agrega el texto.

"Le decíamos 'el Argentino' porque parecía un bailarín de tango", comentó bajo condición de anonimato una fuente de la empresa, en referencia a su vanidad. También añadió que sufría del llamado Complejo de Napoleón debido a su baja estatura y que estaba "siempre enfocado en su apariencia y en cómo otros lo percibían".

De hecho, cuentan a modo de anécdota, la única vez que se olvidaba de su baja estatura era cuando le pedía a su contador que leyera su estado de cuenta bancaria… Algo que, al parecer, hacía varias veces al día.

Según los medios locales, el magnate no fue a la universidad, trabajó como masajista en el hotel Hilton en Tel Aviv y comenzó su carrera como experto en piedras preciosas cuando tenía 20 años en África. "Para cuando llegó a Amberes resultó que tenía mucho talento y rápidamente se transformó en uno de los mayores expertos en valoración de diamantes en bruto", reveló otro de sus amigos.

Así, en 2015, vendió el diamante más caro del mundo, el Blue Moon, a un empresario japonés por US$48,4 millones.

No hay reportes precisos de la fortuna del empresario, que enfrentaba problemas judiciales con un ex socio y con las autoridades de Bélgica por presuntas irregularidades en la importación desde Angola y Congo, así como una posible evasión de impuestos. Pero sí se sabe que era dueño del penthouse más caro de Mónaco, cotizado en casi 40 millones de dólares, y solía invitar a modelos y celebridades a su casa de Bel Air, en Los Ángeles.

El otro caso, es el de un joven de apenas 33 años cuya pasión no eran los diamentes sino los leones: tenía dos en el patio de su casa, un asunto que ya le había causado problemas con sus vecinos y las autoridades.

Al final, a Michal Prasek su "antojo" terminó por costarle la vida. No sólo la de él sino también la de sus leones.

Prasek, residente en la localidad de Zechov, en el noreste de la República Checa, fue hallado muerto por su padre dentro de una de las jaulas.

Según las autoridades, su cuerpo quedó destrozado tras haber sido atacado por el animal de 9 años de edad.

Prasek había adquirido el león en 2016 y, un año más tarde, compró una leona más joven con el fin de que se reprodujeran.

Ambos animales eran mantenidos en jaulas separadas construidas por él mismo, en el patio de la casa de su familia.

Las autoridades no encontraron motivos legales para obligarle a renunciar a su propósito.

A Prasek le negaron los permisos para construir las jaulas y, en consecuencia, fue multado por crianza ilegal de animales pero pudo conservarlos al negarse a permitir que nadie entrara en su propiedad.

Dado que no existían instalaciones alternativas para reubicar a los leones y que tampoco existían evidencias de que estuvieran siendo maltratados, las autoridades no podían llevárselos por la fuerza.

Este martes, el padre de Prasek encontró a su hijo muerto dentro de la jaula, que estaba cerrada por dentro.

Tras avisar a la policía, las autoridades decidieron ejecutar a ambos leones asegurando que era la única manera de recuperar el cuerpo.


 

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