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ELECCIONES 2019

Consenso, 10 puntos, contrato social, y la certeza de una sociedad en pleno proceso de fragmentación

Con su discurso de ayer en la Feria del Libro, Cristina Fernández agregó otro nombre a la idea del acuerdo social. Lo hizo antes Sergio Massa con su pedido de "consenso", luego el Gobierno de Mauricio Macri, a través de los "10 puntos", y ahora la exmandataria habló de la necesidad de lo que denominó un 'Contrato social de ciudadanía responsable', y citó el pacto de José Ber Gelbard, que no dijo, fue el preludio del 'Rodrigazo'. Pues, sin por allí no está salida, al menos es claro el reconocimiento generalizado de una sociedad en pleno proceso de fragmentación.

 

Durante su discurso de ayer, la exmandataria nacional y senadora Cristina Fernández de Kirchner, sin afirmar si competirá o no por una nueva presidencia, respondió, en cambio, a la convocatoria de consenso que lanzó el Gobierno de Mauricio Macri.

En ningún pasaje lo nombró sino que respondió indirectamente: "En épocas de discursos de unidad, de grandes acuerdos entre sectores, políticos, sociales y sindicatos… Nadie puede estar en desacuerdo con estos enunciados. Pero permítanme decirles que va hacer necesario algo más: un contrato social de todos los argentinos con metas verificables, cuantificables, exigibles", planteó y agregó: "Yo le pondría de título: 'Contrato social de ciudadanía responsable'".

En este marco, la ex presidente se refirió a la necesidad de "un contrato social que involucre a todos: empresarios, dirigentes sindicales, un ciudadano que es operario, cooperativistas, una persona que tenga un plan de trabajo", al estilo de los que en la década del 70 desarrolló el ministro de Economía de Perón en 1973, José Ber Gelbard.

"Me acuerdo el pacto social de Perón y Gelbard, nos hacen falta empresarios con esta magnitud", remarcó.

Ber Gelbard, de nacionalidad polaca, llegó a la Argentina a los 14 años y poco tiempo después se afilió al partido comunista argentino, y tras empezar su vida de negocios como vendedor ambulante en las provincias del norte, llegó a ser uno de los máximos dirigentes del empresariado nacional, tras fundar la Confederación General Empresaria que se nutrió de pequeños y medianos industriales y agropecuarios, y también de comerciantes.

Gelbard tenía una concepción económica proteccionista e intervencionista, a quien Héctor Cámpora designó al frente del Palacio de Hacienda, cargo que conservó tras el regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina. Su pacto social no consistió en otra cosa que en un congelamiento de precios y salarios, con la consigna "inflación cero".

Durante el primer año, el pacto arrojó algunos resultados que parecían buenos, pero los desequilibrios llegaron pronto, en parte por factores externos y en parte por factores internos, como el abultado déficit fiscal que fue acumulando el sector público para mantener congeladas las tarifas de los servicios públicos y los combustibles, que por aquel entonces pertenecían al Estado. 

Aquella experiencia demostró una vez más la escasa efectividad de los controles de precios y salarios. Cundió el desabastecimiento y el estallido social no tardó en llegar, porque durante 1973 y 1974 los salarios del sector privado, en lugar de ser determinados en las convenciones colectivas, pasaron a ser dispuestos por el gobierno por decreto.

Cuando en mayo de 1975 volvieron a funcionar las convenciones, se convirtieron en el detonante del llamado "Rodrigazo", con el cual el nuevo ministro de Economía, Celestino Rodrigo, intentó sincerar la estructura de las tarifas públicas para evitar una debacle fiscal, al tiempo que se desató una alocada carrera entre precios y salarios que terminó en un descontrol de las cuentas fiscales y monetarias, en una fuga de capitales y en el agotamiento de las reservas del Banco Central, que acentuó el vacío de poder del gobierno de Isabel Perón, además del caos ya signado por la violencia conocida.

Como fuere, el contrato al que se refiere Cristina no es un acuerdo de personas sino una especie de acuerdo de grupos con un objetivo que tiene más a mostrarla con un perfil público renovado, sin una visión de enfrentamiento de clases, y apuntar así a una parte del electorado independiente, esa que terminó por inclinarse a favor de Macri en 2015.

Cristina incluso se permitió hasta correr a Macri por derecha criticándolo por tener muchos "más planes sociales que los que dejamos los choripaneros", a pesar de que, durante la campaña electoral de 2015, el kirchnerismo alentaba entre los más pobres el temor de que Macri les sacaría esos beneficios sociales. Un claro mensaje para una clase media baja que nunca vivió de planes, pero que se ve muy afectada por el impacto de las mayores tarifas y los efectos de la estanflación.

En fin, ¿volver al 73? ¿Los 10 puntos de Macri? Incluso Sergio Massa habló antes de consenso.

Cuando Massa rechazó el acuerdo de 10 puntos y llamó a Cambiemos a convocar a la oposición "sin exclusiones" dijo que el documento oficialista "no llama a un acuerdo sincero", sino que sólo fue
pensado para darle una "clara señal a los mercados".

"No se puede pensar en un documento de acuerdos por Argentina desde la lógica de dividir a la oposición". Además agregó: "El diálogo y los acuerdos no se construyen por Whatsapp ni con filtraciones de prensa sino con seriedad y responsabilidad y con equipos que se sienten en una mesa con números en la mano".

Poco antes, a través de su cuenta de 'Twitter' le pedía al Presidente que "convoque a Cristina Fernández de Kirchner como líder de la oposición con mayor representación parlamentaria" para que pacte "cómo termina este mandato sin más daños para la Argentina".

Pero ya en abril el líder del Frente Renovador, pedía: "un gran acuerdo económico y social entre todos los sectores".

Al cuestionar las "malas políticas" de la Casa Rosada al sostener que "la gente está golpeada por la inflación, la caída del sector productivo y la alta tasa de desempleo", decía: "Los argentinos están invadidos por la desconfianza al Gobierno porque no ha acertado las medidas económicas y no ha cumplido con nada de lo que prometió", y en este sentido, señalaba que su intención de cara a las próximas elecciones es generar "consensos y construir un espacio superador a la etapa anterior y la actual".

Tras reunirse con integrantes de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO), Massa criticaba también el aumento de las tarifas de los servicios públicos "en forma desproporcionada con respecto a los salarios".

"El Gobierno le entregó al mercado el manejo de tarifas y terminó empobreciendo a la clase media, para beneficiar a las 10 empresas amigas que administran la energía", cerró.

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