OPINIÓN

UNA PROFESIÓN EN CRISIS

Apuntes sobre el PP (Pensamiento Periodístico)

Muchos años en la profesión periodística pero mezclándola con la poesía, el teatro y el ensayo le permiten al 'Bigote' Acosta una mirada diferente de lo que está sucediendo con el periodismo argentino. Profesión en crisis en una sociedad en caída en parte porque su estructura cultural declinó gravmente, el periodismo ofrece varias trampas que hay que desarmar desde adentro antes que se aviven los otros.

ROSARIO. La necesidad de una mínima información sobre la coyuntura, junto a la intoxicación que provocan las redes sociales, ha logrado que aparezca una nueva categoría de pensamiento. Todos Queremos Saber (TQS). Eso pone drama al asunto. Es una necesidad. Un llamado a la solidaridad. Vil mentira, pero que importa.

No es ensayo filosófico, no es debate postural sobre algo consagrado, ni es aventura sobre lo conocido y el desafío que significa enfrentarlo. Esta nueva categoría, con lo que tiene de bastardo, espúreo, y definitivamente real, es el “Pensamiento Periodístico” (PP). Cubre una necesidad básica. Qué esta pasando. El gerundio es un verbo en acción. Asusta. Le tememos. Qué esta pasando.

En el “Pensamiento Periodístico” un primer reconocimiento. No alcanza existencia sin la necesidad de interpretar, re interpretar, regurgitar y redireccionar los hechos. Lo dicho: mínima información sobre la coyuntura. En muchos casos para lo que se afirma; re direccionar. Esa necesidad ya existe y es ocioso detenerse en que su fabricación fue volver real y necesario algo superfluo. El contínuo no sólo es un río, sino una herencia desmadrada.

No existe el Pensamiento sin un territorio de origen. Todo escrito tiene un punto de partida en conocimientos dados y deseos. Sobre el periodismo opera, además, la obsesión crematística y la alícuota de poder donde se referencia, a la que apunta, desde la que inficciona. Si quien participa pertenece, el que lee es, básicamente, un participante. Tal vez  ni sepa que pertenece. La aparente inespecificidad de algunos textos es una cinta de Moebius tan malhadada como utilitaria. Volvemos a un lugar de partida impensado, pero provocado. Atrayente. Lo quisimos así.

Avanzar sobre el modo diferente de titular y jerarquizar la coyuntura, qué omitir y qué destacar, es materia de las escuelas  de periodismo, sociología y ramas mayores del “corpus” que se aflige  por lo que no puede frenar y, en muchos casos, contribuye a enrarecer.

Los gurúes finsemaneros

Producidos los impactos en la realidad, un prófugo por semanas, una enfermedad por días, una presentación judicial, una investigación secreta, la tierra está sembrada.

Una de las ramas del periodismo finsemanero (analistas de los sucesos) es el “cronólogo”, que sólo adjetiva y omite, pero trabaja sobre los hechos conocidos. Puede hasta amenazar, a veces concretar, una primicia (las primicias en Argentina son  sustantivos en tránsito, ocasionales, ficticios). Mas allá de sus presuntas diferencias Luis Majul y Mauro Viale son ejemplos. Cada día algo muy importante que cae vencido. Que no era tan importante. En provincias, la mayoría de los finsemaneros están en peor situación, deben escribir (hablar, actuar) especulando, usando el espejo porteño, atados a contar lo que ya se sabe y presumir de haberlo repetido antes que otro. Charles Aznavour los define: … “qué triste es Venecia…”

Otra de las ramas es el “Especialista” consultado. Lo llaman, lo anuncian, le dan el honoris causa y deben demostrar que fue una buena idea convocarlo. Tal vez el mas delicioso ejemplo sea nuestro François Rabelais, tan fluctuante entre Quilmes y Medio Oriente como cálido habitante del chascarrillo intelectual y el ditirambo que se inviste de simpatía. El 'Turco' Jorge Asís. No es fácil encontrar un ejemplo mejor. Lo llaman para que explique y eso hace. Cuando el personaje de Moliére (Jean-Baptiste Poquelin) pregunta si saben latín y, ante la respuesta negativa, sigue dando su diagnóstico de la enfermedad en ése idioma, no hace nada más que anticiparse. 

Al 'Turco' no hay que entenderlo, hay que disfrutarlo tal como lo que él es: un “entertainer” de la realidad, que sobrevoló los “ismos” y se acerca cada día mas a lo Mejor de José Hernández que era, además, lo que mas odiaba “My dear Georgie” sobre el poema El viejo Viscacha. El 'Turco' Asís es una verdadera novela, un folletín por entregas de la realidad como lo que es, un motivo para la invención. Ya liberado del “sistema Fantino” de la inocencia absoluta, como una virgen que se asusta cuando le dicen la palabra follar ( y se la dicen todas las noches varias veces) el 'Turco' vuelve a pasearse por la realidad de la caja boba con la sabiduría del Florida Garden. Digresión: aconsejo leer “Los Reventados”. Hoy, hoy mismo.

La tercera de las ramas es “el proponedor”. Puesto sobre la realidad  circundante, toma citas del universo criterioso y analítico (google o biblioteca papel, da lo mismo) y luego de “encomillarlas” delega, desde ellas, en los lectores consecuentes, la interpretación de la realidad y el futuro posible, en muchos casos imposible. No es en vano su esfuerzo. Logra adeptos que adhieren hasta la semana siguiente. El uso del inventario universal de ideas sociológicas, para sociológicas o directamente políticas, inviste de sabiduría a quien cita.

Está claro que “el proponedor” escapará a la multiorgásmica coyuntura y tratará, por esa razón, de analizar el ayer y proponer un futuro que se ha dicho: es finsemanero. Acaso el mejor sea Eduardo Fidanza. Recibir la “recopia” de un artículo de Fidanza lleva a una pregunta de múltiple choice. Quién me lo manda, por qué me lo manda, a qué puntualización adhiere. Es un texto de diferentes entradas cada artículo de Fidanza. Eso solo es posible por múltiples lectores que encuentran en sus citas o en sus propuestas algo que los quita de la llanura y los eleva. Los “proponedores” sustituyen el mundanal ruido por la estrecha senda (esto es plagio, mis palabras son plagio) y se acerca a los pocos sabios que en el mundo han sido. Fidanza propone mirar el mañana como algo posible, y errático advierte que robar es malo, matar es peor y no entender un pecado inatajable. En su estilo, es el mejor.

Cronólogos. Especialistas. Proponedores constituyen el testimonio del pensamiento periodístico Quedan los soldados de sus causas. Carlos Pagni, Roberto Navarro, Víctor Hugo Morales, Jorge Fernández Díaz, Fernando Iglesias y la gran deuda del siglo XXI. Con excepción de Norma Morandini y Graciela Fernández Meijide no las hay, retirada ya Magdalena Ruiz Guiñazú y dedicada a los ravioles y los entremeses la Mirtha Legrand. 

Las mujeres no son un activo del rubro finsemanero aunque algunas, por sus deseos y sus actitudes, crean que son parte del pensamiento periodístico, una creación absolutamente nacional a la que distoriona, pero no logra destruir la legión de panelistas, un enjambre que sale tan barato en la producción diaria como costoso en el largo plazo, pero esa es otra historia.

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