OPINIÓN

¡BASTA DE LACLAU!

El 'caso Rico' expone que la estúpida Grieta no es patrimonio sólo de Durán Barba

Justo cuando los K podían correrse de la Gran Grieta que aborrece un 40% del electorado, según las encuestas, perdieron la oportunidad. Y vendieron su progenitura por un plato de lentejas: Aldo Rico. La histeria K provocó el googleo de archivos: esta Grieta que padecen los K por el usufructo que le ha provocado a Mauricio Macri, la comenzó Néstor Kirchner cuando incorporó a Madres, Abuelas e Hijos para diferenciarse del PJ que lideraba Eduardo Duhalde. Y luego CFK se consiguió un teórico, Ernestro Laclau. Pero, a su vez, las declaraciones de Oscar Aguad provocan un escándalo en la UCR entre alfonsinistas vs. no alfonsinistas.

Justo cuando los radicales se olvidaban de Víctor Martínez, otro UCR Córdoba, Oscar Aguad, actualizó los reproches.

En el alfoninismo siempre hubo quienes reprocharon al fallecido Victor Martínez, por entonces vicepresidente de la Nación, cierta 'sensibilidad' proclive al movimiento 'carapintada' que le arruinó más de la mitad del mandato al también fallecido Raúl Alfonsín.

En verdad, le endilgaban la simpatía al jefe político de Víctor Martínez, otro fallecido: Eduardo Angeloz, pero apuntaban sobre Martínez porque él estaba en la línea de sucesión cuando Alfonsín parecía tambalear, luego de la Semana Santa de 1987, la derrota electoral y el fracaso del Plan Austral.

De todos modos, los radicales son argentinos muy particulares: terminaron aceptando a Angeloz candidato presidencial, y lamentando su derrota ante Carlos Menem en 1989, a quien sin embargo le concederían la reelección en 1994/1995.

Si uno llegara más cerca, habría que recordar que radicales ungieron candidato presidencial a Fernando De la Rúa y festejaron su triunfo, para luego tumbarlo, en acuerdo con Eduardo Duhalde y otros peronistas, en especial bonaerenses, igual que Alfonsín y que varios de los empresarios que buscaban la pesificación asimétrica, una fabulosa transferencia de riqueza que golpeó a los asalariados en nombre de la Patria productiva.

De hecho, fue un radical de Chubut quien afirmó que De la Rúa había renunciado cuando esto aún no había sucedido.

Pero es mejor no llegar hasta Julio Cobos con los K, etc. Resulta más apropiado regresar a la Línea Córdoba, de la UCR, de la que Oscar Aguad es un importante heredero. Aguad es el ministro de Defensa de Mauricio Macri, y objeto de críticas porque consideró que no era grave la presencia de Aldo Rico en el desfile por el 9 de julio, Día de la Independencia.

Más allá de su actuación como 'carapintada' -quienes, de hecho, no dieron un golpe de Estado cuando sí pudieron hacerlo-, y luego como dirigente del exModin (Movimiento de Dignidad) y más tarde dentro del Partido Justicialista, incluyendo la intendencia municipal de San Miguel y el Ministerio de Seguridad bonaerense, con Carlos Ruckauf gobernador, Aldo Rico es un héroe de Malvinas.

No es un dato menor a la hora de participar de un desfile militar.

Además, vale la pena aclararlo: provocó una excelente impresión en muchos electores el regreso de los desfiles militares el Dia de la Independencia, una tradición en la Argentina pasada, que los Kirchner intentaron borrar (y el ascenso de César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani fue más como jefe de la inteligencia militar aplicada al poder político que como comandante uniformado).

Porque hay que sincerar: los K denostaron todas las instituciones militares, cuyos integrantes son votantes que Mauricio Macri salió a buscar... ¡con un desfile! (porque no les ha concedido más que un desfile. El tema militar más destacado en los 4 años de Macri ha sido el hundimiento del submarino ARA San Juan).

De inmediato en la red social Twitter fue tendencia #AldoRico, y también #Aguad.

Es cierto que el verborrágico Rico comete exabruptos cada vez que consigue un micrófono para expresarse, y que defienden conceptos que, en el otro extremo, los K llaman 'mano dura'.

Pero ganó elecciones democráticas en varias ocasiones y: ¿dónde está ese "Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo", que Evelyn Beatrice Hall puso en boca de Voltaire cuando escribió su biografía?

Esto sí sería revolucionario, diferente, y dejaría a Macri y Aguad en desventaja porque los haría propietarios de la Grieta. Saltarse la Grieta le permitiría a los K consolidar la victimización que muy importante si es que ambicionan evitar el balotaje.

Saltarse la Grieta, tal como lo logró Carlos Menem cuando se abrazó con Isaac Rojas. O Ricardo Balbín abrazando a Juan Perón aquel 24/06/1973 en presencia de Antonio Tróccoli.

Y vaya si entre gorilas y perucas no se hicieron cosas más terribles que las que pudo haber cometido Aldo Rico...

Pero no. Los K tenían que exhibir su esencia. Los militantes K debían dejar constancia que son militontos, concepto apropiado para una pequeñez con la que tendrá que lidiar Alberto Fernández. Ellos decidieron porque les brotó en forma espontánea: guerra a Rico para así reivindicar a la Gran Grieta que los parió a ellos y a los macristas.

Era el momento cuando tenían la oportunidad de endosarle la Grieta a Mauricio Macri, Jaime Durán Barba y Marcos Peña, y resulta que reaccionaron tal como lo aconsejarían Ernesto Laclau y otros admiradores del amigo/enemigo de Carl Schmitt, origen de lo que Peter Senge llamó “síndrome del enemigo externo”. 

No hay mérito en la Grieta. Los K fueron beneficiados por ella cuando Cristina Fernández de Kirchner la convirtió en eje de su discurso político, entre 2011 y 2015; y fueron perjudicados por ella cuando Mauricio Macri logró reconvertir la Grieta, gracias a Leonardo Fariña, la Rosadita, y luego los bolsos de José López.

Los K deberían huir de la Grieta porque, ya que están arriba en las encuestas, deberían evaluar que la Grieta puede resultar útil para ganar elecciones (aunque esto es discutible) pero no para gobernar, tal como lo demuestra el magro saldo de 4 años de Macri.

En verdad, la Grieta tiene un origen aún anterior: Néstor Kirchner la utilizó para enfrentar a Eduardo Duhalde y al Partido Justicialista tradicional. Por ese motivo, incorporó a los llamados 'organismos defensores de derechos humanos' para que revisaran a su antojo todos los fallos judiciales y la legislación vigente hasta entonces acerca de 1976/1983 (ya se sabe que nunca se revisará lo de 1973/1975), trazando desde ahí una Grieta que era 'progresistas' vs. 'represores'.

Cuando se analiza en profundidad, ha sido todo una estupidez: la Grieta pasada al igual que la presente y cualquiera que se proyecte al futuro. La única forma de que una sociedad crezca es dejando de lado los resentimientos, rencores y esterotipos. Vivir del reproche es decadente.

Por último, mal que le pese a los twitteros escandalizados, ninguno de ellos, nadie en el Universo podrá quitarle al entonces mayor Rico, jefe de la Compañía de Comandos 602, el mérito del ataque a Bahía Agradable o el combate en el río Murrell, u otras acciones bélicas.

Entonces, es mejor deconstruir la historia argentina para comenzar a recuperarla. La que sirva no es la que se conoce de un lado ni del otro.

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