OPINIÓN

REFORMA ECONÓMICA

Tomando el caso de Siria, Moscú trabaja en un plan para Maduro

Semanas atrás, la periodista rusa Irina Alksnis fue quien advirtió que especialistas rusos habían viajado a Caracas para evaluar un plan econonómico posible de ejecutar por Nicolás Maduro, mientras la petrolera rusa Rosneft ratificaba su participación en 5 proyectos en Venezuela, mientras se intenta eloudir las sanciones de USA mediante los proveedores de crudo a Turquía, China e India. Según Moscú, hay novedades -reportadas por Alksnis- acerca de cómo aplicar la experiencia en Siria para ayuadr a Venezuela. Tal como sucede en estos casos, Hernando Kleimans fue quien seleccionó y tradujo.:

Venezuela permanece en el foco de atención de los mass-media a escala global. Pero en los últimos días ocurrió un claro cambio en la agenda informativa vinculada con este país.

Para comenzar, los acostumbrados mantras tipo “el régimen autoritario está al caer y llegará al poder la oposición que conducirá a Venezuela al luminoso futuro democrático”, fueron reemplazados por desanimados reconocimientos de que “algo no ocurrió tal como debía”. 

Lo más resonante ha sido el artículo del Frankfurter Allgemeine Zeitung, que directamente proclamó el fracaso de Juan Guaidó como líder de las protestas y Presidente provisional del país. El texto incluyó comentarios humillantes, incluso calificando a Guaidó de actuar con “impotencia”.

Luego, en los días recientes Caracas se convirtió en fuente de una cantidad de novedades en el ámbito económico y político-económico, cada una de las cuales constituye una pequeña (o no tanto) bomba informativa.

Éstas son algunas de ellas:

* Por decisión del presidente Nicolás Maduro, la oficina de la petrolera estatal PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.) se mudará de Lisboa (Portugal) a Moscú (Rusia).

* Las autoridades suprimieron en el mayor banco privado de Venezuela -Banesco Banco Universal S.A.- la intervención impuesta en mayo de 2018 luego de la detención de 11 directivos del banco, sospechados de operaciones ilegales contra la moneda nacional. 

Banesco Banco Universal, que comenzó como Escotet Casa de Bolsa en 1986, luego compró el banco regional Grupo Bancentro, que reconvirtió a Grupo Financiero Banesco y, luego de varias fusiones y adquisiciones, resultó el Banesco Banco Universal en 2002. Pero en mayo de 2018 fue intervenido, según un comunicado oficial de la Superintendencia de Entidades Bancarias (Sudeban), tras la detención de 11 directivos, designándose una junta administradora presidida por la viceministra de finanzas, Yomana Koteich.

* Venezuela levantó la prohibición de operaciones con divisas, vigente durante muchos años. En el Banco Central en Caracas se registraron las 2 primeras oficinas de cambio. Se anunció que muy pronto en otras localidades del país también comenzarán a funcionar puntos de cambio.

* La vicepresidente Delcy Rodríguez informó que Venezuela inició acciones judiciales en defensa de sus activos en el exterior. El trabajo es enorme: en USA fueron bloqueados activos e intereses de PDVSA por US$ 7.000 millones, en Europa se congelaron cuentas venezolanas y el Banco de Inglaterra se negó a devolver reservas venezolanas de oro por US$ 1.200 millones, que tenía en custodia.

A juzgar por todo, Caracas se lanzó de lleno a corregir la política económica que condujo a Venezuela a la actual lamentable situación. Es evidente que Occidente no alberga la menor ilusión con respecto a quién está detrás de estas transformaciones.

No hace mucho escribimos que el salvataje de Venezuela se convirtió en el nuevo desafío para Rusia la que, por lo visto, quiere en el ámbito económico hacer para la República Bolivariana lo mismo que antes hizo en materia político-militar para Siria. 

Las últimas novedades confirman inequívocamente esta versión. ¿Qué puede proponer Moscú a Caracas? 

Como mínimo son 3 las propuestas posibles evidentes:

1. La enorme experiencia de exitosa aplicación de una dura política monetaria, manteniendo pautas de inflación, un trabajo sobre el déficit presupuestario y muchos otros indicadores macroeconómicos y financieros. En Rusia, desde la izquierda se cuestiona a Vladímir Putin por hacer precisamente eso. 

Tal como es sabido, Venezuela actuó según las recetas de economistas de ultraizquierda: accionó la máquina de imprimir para distribuir dinero a todos, prohibió la libre circulación de divisas e inundó la acción social con dinero del petróleo, ya que el país tiene mucho petróleo (es intrigante conocer por qué motivo los críticos del Kremlin suponen que si Rusia ejecutara medidas similares llegaría a resultados diferentes que Venezuela).

Los últimos pasos de Caracas en cuanto a desrregular el mercado de divisas permite suponer que las autoridades escucharon las recomendaciones de los especialistas rusos del Banco Central, del Tesoro y del Ministerio de Finanzas, cuyo “equipo”, de acuerdo con la información mediática, desembarcó en Venezuela hace pocos días.

2. La capacidad de trabajar en un medio tóxico y en parte abiertamente hostil por causa de las instituciones occidentales.

Pese a todo, Moscú continúa trabajando con los tribunales, los arbitrajes y otras estructuras occidentales, pero sabe cómo hacerlo, superando la animosidad anticipada y, en algunos casos, las zancadillas premeditadas de parte de estas instituciones. Así fue como Rusia alcanzó no pocas victorias y continúa haciéndolo. Esta experiencia es extraordinariamente valiosa para Venezuela, dispuesta a luchar por el desbloqueo de sus activos en Occidente.

3. La implementación de instrumentos financieros y económicos alternativos a los occidentales. 

Rusia crea, con una intensidad cada vez mayor, sus propios sistemas en el ámbito financiero-económico, lo que garantiza el flujo ininterrumpido de su economía, incluso ante acciones hostiles radicales por parte de Occidente, tales como bloqueos y embargos. Por ejemplo, el sistema nacional de pagos con divisas nacionales, eludiendo al dólar estadounidense, múltiples procesos en banking, IT y muchos otras tecnologías.

La prestación de este espectro de servicios a otros países obliga al sector a desarrollarse más rápido dentro del país. Y el éxito de estas decisiones atraerá nuevo  dinero de clientes externos institucionales. Sin hablar de que, en materia geopolítica, esta decisión elevará abruptamente el statu-quo de Rusia como potencia capaz de suministrar a sus aliados no sólo un “paraguas” militar-político (Siria ya lo demostró), sino también financiero-económico.

Sin duda que habrá quienes se reirán de estos “planes napoleónicos”. Pero es interesante conocer que la gente seria en Occidente, en general no comparte esas 'chicanas'.

El FMI ya declaró que está dispuesto a ayudar al gobierno de Venezuela a formular una estrategia para corregir la situación económica, siempre que reciba un pedido en tal sentido.

En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, señaló que Moscú prometió ayuda al “dictador Maduro”. Entonces se deduce que, a su entender, Rusia tiene la responsabilidad de que los acontecimientos en Venezuela no se desarrollen de acuerdo con el guión de Occidente. 

En todas estas expresiones se vislumbra la alarma antes que la ironía. Hay que suponer que para el FMI el desplazamiento que ocurre en la política económica de Venezuela es un abierto desafío a sus recetas, por cuanto precisamente el Fondo hasta ahora en el sistema mundial fijaba el papel de salvador de las economías moribundas. 

El surgimiento de una real alternativa será un durísimo golpe a la reputación de esa institución. En lo que hace a los países occidentales, ellos se ven día a día más ridículos con su reconocimiento del seudo-presidente Guaidó, y si los acontecimientos continúan desarrollándose tal como hasta ahora, no aparece una salida digna para ellos.

Hace 3 años el mundo occidental estallaba al unísono en carcajadas ante la intención de Moscú para salvar al “dictador Bashar al Assad”. Pero ahora es complicado burlarse porque Occidente no puede ignorar una pregunta simple y muy desagradable para sus intereses: “¿Qué pasará si los rusos lo logran de nuevo?”.

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