OPINIÓN

SECRETOS DE ESTADO

Top Secret: El Liberalismo en graves problemas

No es una casualidad el arribo al poder en USA del polémico Donald Trump. Él es el emergente de una cantidad de distorsiones que prevalecen en la sociedad del país N°1 en recursos y potencia militar. Entre todas las confusiones aparecen otras que resulta en un curioso 'socialismo' que comienza a expandirse hacia los próximos comicios presidenciales.

Hay varios ejemplos en el mundo de los denominados 'secretos de Estado'. Inclusive hay una clasificación anglosajona:

* Top Secret ("Secreto"). Es el nivel más alto de clasificación. Su difusión podría provocar un "daño excepcionalmente grave" a la seguridad nacional.

* Secret ("Reservado"). Este material eventualmente causaría "serios daños" a la seguridad nacional si estuviera públicamente disponible.

* Confidential ("Confidencial"). Este material podría "dañar" o "ser perjudicial" a la seguridad nacional si estuviera públicamente disponible.

* Restricted ("Difusión Limitada"). Este material podría producir "efectos indeseados" si estuviera públicamente disponible. 

* Unclassified ("Sin Clasificar"). Es es usado por los documentos gubernamentales que no poseen una de las clasificaciones presentadas arriba.

En la Argentina, por ejemplo, hay 4 clasificaciones en la escala:

* Estrictamente Secreto y Confidencial,
* Secreto,
* Confidencial,
* Reservado.

Un ejemplo de esta 'información clasificada' y con impacto global fue la crisis financiera de 2008, que aún después de 10 años sigue generando distorsiones financieras internacionales .

El tema aparece en forma indirecta en la serie televisiva estadounidense 'The Good Wife', cuyo protagonista se llama Peter Florrick, y resulta una alusión no especificada de Eliot Spitzer, abogado y político estadounidense del Partido Demócrata, que fue gobernador del estado de Nueva York pero renunció por un escándalo sexual relacionado con una prostituta VIP.

Para el público, el eje de la serie de CBS es la infidelidad de un personaje público pero en el fondo de la historia aparece una puja por la riqueza en la sociedad estadounidense.

En USA, el país más capitalista del mundo, ya hay una clara tendencia de una porción considerable de la sociedad que hasta tiene un vocero politico tal como es el senador demócrata Bernie Sanders, a favor de un impuesto extraordinario para las fortunas mayores a US$ 50 millones.

El ingreso tributario se destinaría a reequilibrar la transferencia de riqueza que ocurrió durante los años anteriores, y que favoreció a las grandes corporaciones. No faltan quienes acusan a Sanders de confundir el capitalismo de amigos con el verdadero capitalismo, una forma de decir que él está proponiendo que paguen hijos por entenados.

A fines de los años '90, el entonces fiscal de Nueva York, Eliot Spitzer, descubrió maniobras fraudulentas de varios bancos y aseguradoras que cotizaban en el New York Stock Exchange y debían informar sus novedades a la Security Exchange Commission.

Esos bancos y aseguradoras tenían algo en común: sus operaciones no eran de fácil acceso porque registraban sus sedes en paraísos fiscales.

Consecuencia de la investigación de Spitzer, muchos bancos, aseguradoras y reaseguradoras debieron pagar millonaria multas para evitar una sentencia judicial de mayor magnitud y seguir operando.

La consecuencia personal del hallazgo de Spitzer fue que encontró un trampolín para llegar a la Gobernación del estado de Nueva York, que tiene su capital en Albany pero su demografía se inclina hacia la Gran Manzana.

En enero de 2007, Spitzer ya gestionaba un territorio de más de 20 millones de habitantes y se consolidaba como un firme precandidato a la Presidencia de USA, montado en su obsesión por los manejos fraudulentos con sede en paraísos fiscales, lo que expuso ante la opinión publica la obviedad que las grandes corporaciones podían eludir impuestos, lo que a su vez provocaba más presión tributaria sobre las clases medias y bajas. Un verdadero escándalo global que permanecía como 'secreto de Estado'.

Spitzer fue bautizado como 'el sheriff de Wall Street', mientras en sus notas internas anticipaba que si al sistema financiero si no se le ponía un límite iba a implosionar a causa de esa carrera sin tope por optimizar recursos financieros.

Grandes corporaciones pusieron a Spitzer en su lista de enemigos. ¿Casualidad o causalidad que en el inicio de 2008 él fuera descubierto en un hotel de lujo con una prostituta contratada por una organización que él había investigado? Así acabó la breve carrera política de Spitzer, apenas unos meses antes que se cumpliera su pronóstico, a partir de la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.

Eliot Spitzer y su hoy ex esposa Silda Wall.
Eliot Spitzer y su hoy ex esposa, Silda Wall.

Lo más trascendente no es cómo fue destruída la credibilidad pública de un funcionario que podría haber ayudado a evitado la mayor crisis financiera sino que millones de ciudadanos tuvieron que pagar con sus impuestos la crisis del sistema financiero mundial.

Este episodio fue la mayor transferencia de riqueza de las clase medias y bajas hacia las grandes corporaciones

No fue una casualidad que Alemania, que sufrió las consecuencias de estas maniobras de especulación financiera, fuese el origen de la difusión de los famosos 'Panama Papers', para levantar el telón impositivo que existia.

Los 'Panama Papers' provocaron la dimisión de varios dirigentes políticos muy importantes aunque, por ejemplo, no alcanzaron a Vladímir Putin sino a sus colaboradores muy cercanos. En la Argentina, otro ejemplo, hasta el momento sólo rozó en forma secundaria a Mauricio Macri.

Tal como puede apreciarse con el diario del lunes, las consecuencias de toda esa situación nunca fueron corregida, y la mayoría de los medios de comunicación prefirieron pasar a otros temas.

Es evidente que hay una nueva nueva monarquia global, superior a las ideologías y gobiernos en un marco de crisis de confianza en las democracias representativas. En USA es lo que ocurrió precisamente con la elección de Donald Trump y la influencia en su triunfo de organizaciones ilegales atribuidas a Rusia: el 'sistema' crujió.

De pronto, en la aldea global comienza a interpretarse a la democracia representativa como una delegación de los intereses del 'mercado' antes que la expresión de los intereses de los ciudadanos.

Esta nueva expresión del poder, que tiene asiento en recursos que permanecen en 'paraísos fiscales', regresa a escena cuando los organismos multilaterales exigen ajustes en gastos previsionales y sociales: ¿hay recursos suficientes o no los hay? Y si los hubiere ¿dónde se encuentran accesibles? ¿Cómo provocar el resarcimiento?

Estos interrogantes provocan un problema adicional muy importante porque no todo el dinero es irregular, no todos los capitales son no declarados, no todas las ganancias son ni excesivas ni cuestionables.

Pero en el debate, pierde la idea de capitalismo y, en especial, se deteriora la credibilidad en el liberalismo como expresion transparente del anhelo de superación de ciudadanos éticos, origen de una movilidad social que le permitió ganar muchas batallas por el favor de la opinión pública.
 

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