ECONOMÍA

FUNDACIÓN MEDITERRÁNEA

Las devaluaciones macristas derrumbaron el salario industrial en un 40%

De acuerdo a un informe del IERAL, las correcciones cambiarias de 2016 y 2018 llevaron en junio de este año al salario a ubicarse en un promedio de US$1.200, contra los US$2.000 de 2015, previo a la llegada de Cambiemos al poder.

Los salarios del sector industrial cayeron en lo que va del año un 40% con relación al nivel que tenían en 2015, y se ubicaron en torno a los US$1.200, en promedio, de acuerdo con un informe difundido este martes por la Fundación Mediterránea. 

Según el documento del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la entidad, la brusca caída del salario fue motorizada por las devaluaciones de 2016 y 2018; sin embargo, los sueldos están hoy un 20% por encima del nivel de 2001, en el último tramo de la Convertibilidad instaurada una década antes. 

"Al final de la Convertibilidad, el salario industrial formal promedio se ubicaba en alrededor de US$1.000, hasta que la mega-devaluación del peso, observada en 2002, llevó el salario industrial a US$360. Luego siguió un período de recuperación de salarios, y en 2008 había regresado al nivel de US$1.000 que se observaba en el año 2001. Pero el costo laboral siguió creciendo, por los acuerdos salariales alcanzados en esos años, y por la notable apreciación del peso ocurrida post 2010, de modo que en 2015 el salario industrial resultaba de casi US$2.000. Con las devaluaciones de 2016 y 2018, a mediados de 2019 se ubica en torno a los US$1.200
dólares, un 40% por debajo de 2015, y 20% arriba del nivel de 2001"
, sostiene el documento. 

"La competitividad cambiaria y, por ende, el costo salarial, ha influido en forma importante sobre la evolución del empleo, especialmente el industrial", señaló la Fundación. 

En esa línea, sostuvo que la suba de salarios en "moneda dura" visualizada entre 2003 y 2015 fue posible "no sólo porque se partió de salarios absolutamente licuados tras la devaluación del peso de 2002, sino también porque en ese período los precios de las commodities alcanzaron niveles récord".

Además, expresó que existe un salario de equilibrio para el sector externo, y que cuando se intenta sobrepasar ese nivel (que depende también de los términos de intercambio externos y otros factores), "se generan pérdidas de competitividad que terminan llevando a una crisis externa, que normalmente deriva en una devaluación de la moneda local, que reduce el costo salarial". 

El informe señaló también que no subirán los salarios a largo plazo, ni bajará en forma sostenida la tasa de pobreza, si la Argentina "no genera una economía competitiva que haga crecer fuertemente sus exportaciones". 

Según ese reporte, la política de salarios y tipo de cambio "deberían calibrarse para evitar situaciones insostenibles que lleven a crisis, que derivan luego en caída de salarios y mayor tasa de pobreza".

Por otro lado,  Fundación Mediterránea explicó que entre 2003 y 2008 se produjo un fuerte aumento del empleo en la Argentina, pero a partir de entonces se estancó el empleo industrial, e inclusive cae desde 2014. En el primer trimestre de 2019, se ubicó 23% arriba del nivel de igual periodo de 2003. Luego de la recesión de 2009, el empleo en el sector no transable de la economía (mayor parte de construcción, comercio y servicios) volvió a crecer, hasta 2012, y luego también se estancó, con subas y bajas que se compensan

Así, en 2019 resulta un 47% superior al nivel de 2003; en cambio, el empleo público creció en todo el período 2003–2015, estancándose luego, y ubicándose en 2019 un 85% por arriba de lo observado en 2003, puntualizó la entidad.

El informe concluye que el año que viene la Argentina tendrá una "nueva oportunidad para generar un modelo económico con crecimiento equilibrado entre mercado interno y externo, que no derive en sesgo antiexportador, y que dé lugar a una expansión sostenida de la economía argentina". 

Y agregra que para lograrlo "se necesitarán reformas estructurales en materia fiscal y laboral, y asegurar una economía competitiva, tanto en lo cambiario como en lo estructural". 

En este sentido, el IERAL sostiene que esa "estrategia" de reformas debe ser priorizada para que el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea "sea mejor aprovechado por la producción local de bienes y servicios".

"Es probable que ello vaya acompañado de una recuperación lenta de la actividad, pero sobre cimientos más sólidos, que permitan sostener un crecimiento a más largo plazo en la producción y el empleo", finaliza. 

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