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Historias reales: El temor ante un gran cambio vital le provocaba pérdida de visión

"Es fundamental acoger los nuevos desafíos vitales. Tener la fuerza y la valentía para hacerlo es heroico", sugiere la psicoterapeuta Erin Leonard en la revista Psychology Today, mientras describe el caso de Russ, un hombre de 66 años que ante la situación de tener que jubilarse empieza a padecer episodios de ceguera. "Hacer las ansiedades y conflictos inconscientes, conscientes, evita que la ansiedad nos consuma. Hablá con un ser querido o buscá apoyo en un psicoterapeuta antes de que las preocupaciones te terminen encegueciendo."

La historia comienza cuando Russ tenía 66 años. Estaba de visita en el zoológico con su esposa y sus nietos cuando de repente, sintió que perdía la vista. "Sentí como si unas nubes se acercaran a mis ojos y bloquearan mi habilidad de ver", contó. La vista de Russ continuó empeorando hasta quedarse casi completamente ciego. Su esposa lo guió para poder salir del zoológico y volver a casa.

La experiencia volvió a repetirse varias veces y paralizó a Russ al punto de no querer salir de su casa.

Su médico clínico le llevó a cabo numerosos exámenes; sin embargo, no se encontró una causa médica a los episodios de pérdida de visión de Russ.

"Como terapeuta, estaba anonadada la primera vez que conocí a un cliente con ceguera histérica", relata la psicoterapeuta Erin Leonard en un artículo sobre el tema publicado en la revista Psychology Today.

"La ansiedad incrementada impacta en el mundo de una persona, incluidos sus sentidos. Síntomas como parálisis, entumecimiento o ceguera que no están conectados a una causa médica y que en general tienen su raíz en un disparador psicológico, son frecuentemente denominados comotrastornos de conversión o trastornos neurológicos funcionales."

Leonard explica que los tiempos de transiciones significativas pueden impactar en la identidad de una persona, aún si el cambio es positivo. Estamos hablando de procesos como la jubilación, el nido vacío, el divorcio o el ingreso en la universidad, por ejemplo.

En el caso de Russ, la psicoterapeuta halló que su pérdida de visión sucedía mientras el hombre experimentaba un cambio vital profundo: se estaba jubilando.

"Durante 40 años había trabajado incansablemente para solidificar el éxito de su compañía, por lo que resignar esa 'misión' lo hizo sentirse vacío y ansioso. También era un hombre muy empático, disfrutaba de ayudar a sus empleados cuando lo necesitaban, lo que lo hacía sentir vital y esencial."

Russ, no obstante, percibía el retiro como algo "positivo" en su vida. Sin embargo, la realidad es que este proceso también lo despojaba que componentes esenciales para la consolidación de su identidad. "El retiro se sentía como perder una parte de sí mismo."

Adicionalmente, Russ sentía culpa por no sentirse completamente "feliz" por su retiro y el tiempo que eso significaba que ahora podría dedicarle a su esposa.

Eventualmente, relata Leonard, Russ pudo reconocer y hacer el duelo por ese que había sido durante 40 años y ya no sería (sería otro) en terapia, además de que pudo compartir cómo se estaba sintiendo con su esposa Mary.

Con el tiempo, bajó su nivel de ansiedad, se involucró en varios proyectos comunitarios, dedicó tiempo a sus nietos y empezó a planear viajes en motocicleta junto a su esposa. Estos proyectos hicieron que se volviese a consolidar su sentido de identidad.

Ante grandes cambios, solemos tener sentimientos intensos de pérdida e inseguridad, apunta la psicoterapeuta. Sacrificar parte de nuestra identidad para poder crecer, evolucionar y embarcarse en un nuevo capítulo de la vida puede causar ansiedad extrema, inseguridad, confusión y hasta depresión.

La clave, para sobrellevarlo, es poder hacer el duelo por la pérdida y abrirnos a nuestros seres queridos para recibir su apoyo y empatía.

"Es fundamental acoger los nuevos desafíos vitales. Tener la fuerza y la valentía para hacerlo es heroico -concluye Leonard-. Sin embargo, es normal y humano sentir ansiedad durante el período de adaptación. Hacer las ansiedades y conflictos inconscientes, conscientes, evita que la ansiedad nos consuma. Hablá con un ser querido o buscá apoyo en un psicoterapeuta antes de que las preocupaciones te terminen encegueciendo. Carpe diem."

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