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La obesidad aumenta y los consumidores argentinos siguen desinformados

Argentina es uno de los países de la región que más consume productos ultraprocesados, el 60% de la población tienen exceso de peso. Sin embargo, y a pesar de los compromisos asumidos como miembro del Mercosur, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y la tendencia en varios países, nuestro país todavía no tiene leyes que obliguen a las empresas a rotular clara y explícitamente la composición de alimentos y bebidas.

“La Ley de la Obesidad quedó en la nada. Las provincias azucareras frenaron la ley porque decían que la gente iba a dejar de consumir productos con azúcar. Una locura”, dijo Sergio Verón,  Jefe de E. Física de la Clínica Cormillot y miembro del programa "Cuestión de peso", este sábado 20/07/2019 en la mesa de Mirtha Legrand. Sin embargo, el especialista se refería al proyecto de ley de "Etiquetado frontal y publicidad de los alimentos y bebidas destinadas al consumo humano".

Ley de Obesidad sancionada en 2008 prevención establece que el diagnóstico y el tratamiento de la obesidad, la bulimia y la anorexia serán cubiertos por los planes médicos de obras sociales y firmas de medicina prepagas.

Mientas que el proyecto de ley del etiquetado frontal firmado en 2018 por las diputadas nacionales del bloque federal Unidos por una nueva Argentina: Pitiot (Ciudad de Buenos Aires) y Massetani (Santa Fe), recibió el giro a las comisiones de Defensa del Consumidor, Acción Social y Salud Pública e Industria. Pero en el 2019 no hubo más novedades sobre el asunto.

El proyecto de ley establece: "La obligatoriedad de rotular de forma clara y explícita la composición nutricional de los alimentos y bebidas destinadas al consumo humano en territorio argentino, acorde a un modelo de perfil de nutrientes basado en evidencia científica y alineado con las recomendaciones alimenticias de Argentina".

Los objetivos son:

  • Garantizar el acceso a una información clara, oportuna y veraz de los alimentos y bebidas envasadas destinadas al consumo humano.
     
  • Fortalecer la libre elección como derecho de los consumidores.
     
  • Fomentar el cuidado de la salud y el derecho a una alimentación saludable y responsable.
     
  • Colaborar con la prevención de la malnutrición en la población y la reducción de enfermedades no transmisibles.
     
  • Promover acciones educativas para la concientización sobre la importancia de una alimentación saludable y responsable.
     
  • Impulsar la soberanía y la seguridad alimentaria.

Así mismo, el proyecto de ley establece que el etiquetado debe contener información íntegra y veraz y será responsabilidad de los fabricantes, productores y distribuidores e importadores.

La etiqueta o el envase, deberá incluir los ingredientes que el producto contiene, incluyendo la totalidad de los aditivos, expresados en orden decreciente de proporciones y colocar en el frente del envase, con letra clara y legible si el alimento o bebida, por su composición, son considerados “exceso de”: grasas saturadas, sodio, azúcar, calorías, según corresponda.

El antecedente fue cuando en agosto de 2018, durante la jornada sobre etiquetado frontal de alimentos y salud convocada por Unicef, Organización Mundial de la Salud y la Dirección General de Diplomacia Parlamentaria, Cooperación Internacional y Culto de la Cámara de Diputados, el secretario de Salud de la Nación Argentina Adolfo Rubinstein, por ese entonces ministro, presentó el Plan Nacional de Prevención de la Obesidad Infantil que incluye, entre otras medidas, mejoras en los programas alimentarios, la promoción de entornos escolares saludables y de políticas regulatorias, con el etiquetado frontal de alimentos a la cabeza.

La medida correspondía a los compromisos asumidos por los ministros de Salud del Mercosur para mejorar el acceso a la información nutricional de los alimentos envasados a través del etiquetado frontal. 

Chile, Perú y Uruguay ya implementaron el sistema de advertencia con sellos u octógonos negros, que indica en el frente del envase si un alimento o bebida es alto en azúcares, sodio o grasas saturadas. Ecuador, en cambio, se inclinó por el modelo de semáforo, que usa el rojo, el verde y el amarillo para clasificar en alto, bajo y medio los niveles de azúcar, grasa y sal.

etiquetas alimentos
Etiquetas octagonales que se utilizan en varios países del Mercosur.

“Existe vasta evidencia acerca de la asociación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas con la obesidad, la diabetes y todas sus consecuencias. También sabemos cómo los patrones alimentarios de la población están migrando del consumo de alimentos naturales y comidas caseras hacia los productos ultraprocesados con alta cantidad de azúcar, grasa, sal y bajo valor nutricional, ubicándose Argentina entre los principales puestos en el consumo de estos productos en la región”, afirmó Maureen Birmingham, representante de OMS Argentina, durante la jornada en el Congreso. Y subrayó que “es clave implementar políticas regulatorias en relación a etiquetados claros en los envases de alimentos y bebidas, que garanticen los elementos para poder elegir y protegerlos de publicidad engañosa, en especial destinada a niños”.

Sin embargo, un mes después, el gabinete de Mauricio Macri se reestructuró completamente y muchos ministerios, entre ellos el de salud, pasaron a ser secretarias y los anuncios de Rubinstein quedaron en la nada.

En noviembre de 2018, las diputadas presentaron el proyecto. 

La Organización Mundial de la Salud dijo en un comunicado de prensa en diciembre de 2018 que "evalúa como muy positiva la revisión sobre un sistema de etiquetado que permita a la población argentina elegir libremente, sobre todo si se tiene en cuenta la legislación vigente, en la que todavía no es obligatoria la declaración de la cantidad de azúcares por parte de las empresas".

Según datos de la 4ta. Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del mes de julio de 2019, hoy el 61,6% de los argentinos tiene exceso de peso. La obesidad afecta a más del 25% y el sobrepeso casi al 40%, con graves consecuencias para la salud cardiovascular. Sin embargo, ni el proyecto de las legisladoras, ni los anuncios de Rubinstein avanzaron durante el corriente año electoral, momento en que el gobierno necesita todo el apoyo que sea posible, de provincias y de empresarios.

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