MONÓLOGO

"Si Evita estaba con Jesús, llenaba el monte de Olivos y no lo crucificaban"

Recorre las redes un video en el que un humorista compara, en un monólogo, las figuras de Eva Perón y de la Vigen María. "Evita al lado de Jesús y a Jesús no lo crucificaban. Evita te movía las masas al Monte de los Olivos, te armaba el 17 de octubre del 0033, a los gritos de '¡Romanos oligarcas!'".

"Junto a Jesús, la Virgen María. Junto a Perón, la queridísima Evita. Con sus diferencias. Yo no puedo imaginar a la Virgen María al lado de Perón, por el carácter fundamentalmente. No puedo imaginar a la Virgen María yendo a discutir con la CGT, no me entra en la cabeza", dice el humorista durante su monólogo.

"Ahora, Evita al lado de Jesús y a Jesús no lo crucificaban. Evita te movía las masas al Monte de los Olivos, te armaba el 17  de octubre del 0033, a los gritos de '¡Romanos oligarcas!', un grupito en la plaza cantando '¡Judas, gato, saludos a Pilato, Pedro, traidor, negá al emperador!', y la juventud estaría cantando las mismas canciones de ahora:  '¡Somos de la gloriosa juventud cristianista, somos los herederos de Adán y Evita!'. Entra perfecto". 

Más allá del chiste, que es perfecto, el monólogo merece un comentario. La capacidad que tenía Eva Perón para conquistar a las masas es incuestionable y destacable, más aún en una época en la que las mujeres apenas comenzaban a emitir sufragio (desde 1947 y gracias a un logro suyo). 

Este 7/5 se cumplieron 100 años del nacimiento de Eva Duarte, quien acompañó a Juan Domingo Perón durante la construcción del Movimiento Peronista. Fue cuestionada e idolatrada durante los años en los que formó parte de la política argentina y hoy, 100 años después, sigue siendo un personaje que desata amores y odios.

Durante la presidencia de su marido, Evita Perón se dedicó a la cuestión "social" del Gobierno: presidió el Partido Peronista Femenino y la Fundación Eva Perón. Propagaba el rol de la familia en la doctrina peronista y dirigía el apoyo a los estratos más bajos de la sociedad a través de la fundación: era una especie de "madre amorosa" del movimiento. Este rol, sumado a su carisma, contribuyó la conformación de una imagen casi religiosa que se acentuó con su muerte en 1952, cuando apenas había comenzado el segundo mandato de Perón. 

La comparación con la Virgen María resulta tan divertida porque, de hecho, tiene cierta lógica: La madre de Jesús acompañaba y protegía, intervenía solo cuando era necesario y en aquello que le correspondía desde su lugar. Eva no se metía en los asuntos de Perón, sino que se dedicaba a estar a su lado y transmitir a la sociedad un mensaje que encajaba perfecto con su rol de mujer: El valor de la familia peronista y la asistencia a los más necesitados.

Por supuesto, el rol de Evita fue muchísimo más activo y por eso podemos pensar que, mientras María observaba como su hijo de 33 años moría clavado en una cruz, Eva Perón tal vez hubiese organizado una movimiento popular en todo el Imperio Romano.

Evita fue una pieza clave en la conformación del Movimiento Peronista, algo más grande que un partido, un fenómeno estudiado alrededor del mundo, casi una religión que las masas argentinas adoptaron sin dudar. Se puede compartir o no las ideas peronistas, pero no se puede cuestionar que Evita tenía una capacidad especial para enamorar a gran parte de la sociedad del momento. 

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