TECNO

20 AÑOS

Tarjetas SD, un mundo lleno de memoria

En 1999, tres grandes como Panasonic, Toshiba y SanDisk se unieron para desarrollar una tecnología de almacenamiento que hiciera más eficiente el espacio disponible: el estándar SD, acrónimo de Secure Digital veía la luz, eso fue apenas el comienzo de algo que ya tenía historia.

En agosto de 1999, tres grandes de la industria diseñaron un nuevo estándar para tarjetas de memoria que se llamaría Secure Digital o SD.

Al año siguiente crearían la SD Association para unir fuerzas con otras empresas y para difundir este formato. Y ese mismo año, en el Consumer Electronics Show (CES) de 2000 presentarían las primeras tarjetas SD. Su capacidad de almacenamiento era de entre 32 y 64 MB en una tarjeta de un tamaño de 3,2 por 2,4 centímetros y 2 milímetros de grosor.

El invento realmente no era algo totalmente nuevo. En realidad, el estándar SD estaba basado en un formato anterior, el MMC o MultiMediaCard, lanzado en 1997 bajo el paraguas de SanDisk y Siemens. Y MMC, a su vez, estaba inspirado en un formato anterior, el CompactFlash que había desarrollado la propia SanDisk en 1994.

En cuanto a los años recientes el caso más conocido es el de Sony y sus Memory Stick, lanzadas al mercado a finales de 1998 y que a partir de 2010 empezaron a ofrecer compatibilidad con los estándares SD.

Precisamente, SD se lanzó como alternativa a las Memory Stick, batalla comercial en la que ganó finalmente el formato Secure Digital. A lo largo de estos 20 años sucedieron constantes actualizaciones y versiones. El objetivo fue siempre reducir el tamaño a la vez ampliara la capacidad de almacenamiento. 

En paralelo a las tarjetas SD, a partir de 2003 se empezaron a comercializar tarjetas miniSD, compatibles con el estándar pero de menor tamaño: 2’5 centímetros por 2 centímetros. Y en 2005 el abanico se abriría un poco más con el formato microSD, de medio gramo de peso frente a los 2 gramos del SD y un tamaño más pequeño todavía, 1 centímetro por 1’5 centímetros. Esta división del estándar SD por tamaños no debería ser un problema para el usuario porque se ve a simple vista, lo mismo que ocurre con el estándar de cables USB (USB, miniUSB, USB-C, etc.) o con las pilas (AA, AAA, etc.).

El principal problema con el que se encuentra el usuario frente a las tarjetas SD tiene que ver con la versión del estándar que lee el dispositivo en cuestión y la tarjeta en sí misma. Y es que con el objetivo de mejorar la capacidad de almacenamiento, se generó algo de caos. El estándar SD, por ejemplo, admite hasta 2 GB, mientras que su versión mejorada SDHC, alcanza los 32 GB.

La primera actualización del formato SD en cuanto a su capacidad se hizo a primeros de 2006. Los cambios eran enormes, pasar de 2 GB a 32 GB. Además, se añadía soporte para el sistema de archivos FAT32, mientras que el SD original sólo admitía FAT16. De ahí en adelante se verían memorias SD y SDHC (HC de High Capacity o Alta Capacidad).

Todo va muy rápido en tecnología, y en 2009 la SDA (Secure Digital Association) anunciaría una nueva mejora conocida como SDXC y que multiplicaba el espacio disponible de almacenamiento hasta los 2 TB empleando para ello el sistema de archivos exFAT, evolución de los anteriores FAT16 y FAT32. Obviamente, que una especificación con límites no implica que la industria llegue hasta ahí. Debido al costo de este tipo de tecnología, lo habitual en el mercado es encontrar tarjetas de 32 GB o 64 GB (2010), tarjetas de 128 GB (2014), de 256 GB (2016) o incluso de 512 GB (2018).

El estándar SD tiene otra actualización más reciente. Después de SDHC y SDXC (XC de eXtended Capacity o Capacidad Ampliada), llegó SDUC, UC acrónimo de Ultra Capacity y que llegó en verano de 2018. Con esto, en el mercado podemos encontrar cuatro versiones distintas de un mismo estándar, si bien SD es residual y abundan especialmente las memorias SDHC y SDXC.

A pesar de no ser un invento totalmente nuevo, tampoco se le puede negar a la SDA (Secure Digital Association) el mérito de haber unido a la industria tecnológica para crear y mejorar año tras año un elemento básico para la evolución de cualquier dispositivo que debamos llevar encima.

¿Cual será el futuro del estándar SD? Es lógico que mejore sus capacidades de almacenamiento y velocidad de escritura. Seguramente el aspecto que más mejora requiere es la esperanza de vida de las memorias flash, y es que las limitaciones de lectura/escritura hace que un uso intensivo limite su vida a entre 5 y 7 años por lo que todavía no puede considerarse un sistema de almacenamiento a largo plazo.

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